Qué rápido pasa el tiempo! Apenas sin darnos cuenta ha llegado el final de nuestro voluntariado. En nuestras retinas quedan grabados los rostros de todas aquellas personas que nos han acompañado durante este mes: niños, Hermanos, profesores, cocineras,… En estos últimos días hemos finalizado las clases, terminado la biblioteca y hemos sacado un tiempo extra para pintar los carteles de la entrada del colegio.
Nuestra última noche en Dire Dawa celebramos una cena de despedida en la que los Hermanos nos dedicaron unas palabras de agradecimiento. La noche terminó entre risas y bailes vestidos con trajes etíopes que los Hermanos nos regalaron como recuerdo.
Ahora pasamos unos días conociendo las diferentes obras de La Salle en Etiopía. Nos provoca gran satisfacción el comprobar que todos tienen un objetivo común, la educación como herramienta de progreso.
Solo nos queda un día y nuestro corazón se parte en dos. Por un lado, deseosos de volver a España y ver a nuestras familias y por otro, tristes por todo lo que dejamos aquí. No hay palabras para describir todo lo vivido, pero de lo que sí estamos seguros es que en nuestras vidas hay un antes y un después de Dire Dawa.