Cada día nos levantamos y tenemos la posibilidad de leer miles de artículos o noticias que se hacen eco de hazañas de personas a distintos niveles, ya sea por sus acciones, descubrimientos o sus diferentes capacidades, que les hacen destacar de una forma u otra. Muchas de estas personas son conocidas, gente que se ha ido ganando poco a poco cierto prestigio y de las cuáles y perdonad que haga esta alusión, es muy fácil escribir sobre ellas, ya que van a tener en su mayoría, la aceptación pública de aquello de lo que se escribe.
Sin embargo, hay tantas historias por descubrir, tantas personas increíbles repartidas por el mundo de las que se desconoce su vida o su historia, que es hora de que aporte nuestro granito de arena sobre estas personas desconocidas escribiendo este artículo.
Tal vez esta historia os recuerde a otras miles que hayáis leído, sin embargo a mí, me ha hecho reflexionar, por ello me veía en la necesidad de haceros llegar la vida de Bow.
Nadie va a escribir sobre ella, nadie va a valorar su esfuerzo y su sacrificio, pero ya que el destino me ha traído hasta aquí y he oído hablar de ella, me siento en la obligación de dar eco a su vida y a todo lo que ha conseguido y está logrando a base de sus sacrificios diarios.
Bow es una chica de la antigua Birmania, su poblado está justo en la frontera entre Tailandia y la actual Myanmar. Dicho poblado es uno de los muchos que se encuentran totalmente desprotegidos y aislados debido a las problemas que existían y continúan existiendo entre la delimitación fronteriza entre Myanmar y Tailandia. Cada mañana cerca de Sangklaburi y en el paso de las Tres Pagodas, la barrera que delimita ambos países se abre y permite a miles de trabajadores birmanos llegar a Tailandia y trabajar en las fábricas de caucho que hay por esta zona. Muchos de los hijos de los trabajadores no tienen acceso a la educación, no son reconocidos por su país y por lo tanto no pueden ir a las escuelas que el gobierno tiene situadas a lo largo de la zona. Es aquí donde el Hermano Víctor y la Salle juegan un papel fundamental y con un valor humano que no puede ser calificado ni explicado en meras palabras. Hay que venir aquí y verlo con tus propios ojos, para ver qué se ha conseguido y ver como gracias a la labor que están haciendo aquí se da un ápice de esperanza a muchas personas y niños y niñas, que por desgracia, ya la habían perdido.
Es aquí donde comienza la historia de Bow. Una historia que comienza con un encuentro fortuito, una historia cuyo origen puede que esté ligado al destino o a fuerzas que desconocemos… Hace aproximadamente unos catorce años, Bow iba caminando, observando el trasiego de personas que se forma cada mañana en el Paso de las Tres Pagodas y el destino le hizo chocarse con el Hermano Víctor.
El hermano Víctor le preguntó por qué no estaba en el colegio estudiando y Bow le dijo que quería estudiar pero que no podía, sus padres eran muy pobres y que no tenían dinero para poder enviarle a un colegio. Y al no ser reconocida por su país, no tenía derecho a acceder a las escuelas gratuitas del gobierno. Bow poco tiempo después tuvo que irse a vivir con su abuelo, ya que sus padres no podían darle de comer. Sin embargo, su abuelo tampoco tenía los medios para poder conseguir la comida suficiente para ambos. Es aquí, donde juega un papel muy importante la Escuela de Bambú situada a unos kilómetros del paso fronterizo.
Bow empezó a acudir a la escuela que La Salle tenía allí para poder estudiar y que a su vez, le daba ayuda para poder tener el alimento suficiente para poder vivir y desarrollarse. Con el paso de los años, los profesores descubrieron que Bow tenía una facilidad increíble para los estudios y que destacaba por encima de los que llevaban más tiempo escolarizados en dicha escuela. Al empezar tan tarde y para tener acceso a una educación reglamentada, se decidió que Bow empezara a estudiar por libre, mediante clases particulares, y una vez lista, hiciera el examen de acceso equivalente a la educación primaria. Muy pocos consiguen aprobar dicho examen, ya que se requiere una puntuación de veintisiete sobre treinta para poder tener acceso a primaria y a seguir estudiando.
Bow estudió mucho, cuenta que en ocasiones, por la noche, solo tenía la ayuda de una vela,… Era una estudiante muy aplicada, sabía desde bien pequeña lo que quería y tenía un firme decisión en conseguirlo. Como bien podréis suponer aprobó dicho examen.
Al poco tiempo se encontraba estudiando primaria en la otra escuela de la Salle que los hermanos tienen en Sangklaburi. Allí siguió destacando y mostrando mucha facilidad para los estudios, pronto logró dominar tanto el birmano como el tailandés incluso empezó a aprender inglés.
A la entrada de la sala de informática, una fotografía suya cuelga de la pared junto a un retrato del Hermano Víctor. La escuela no puede estar más orgullosa de ella, ya que con sólo trece años Bow escribió un ensayo sobre la importancia que para ella tenía su profesor, y se envió dicho escrito a un concurso que se celebraba por el día del profesor, en Tailandia. En dicho concurso participaban todos los alumnos y alumnas del país. Bow se alzó con el segundo premio nacional. Fue invitada junto con su familia a conocer al primer ministro del momento y a recoger el premio por haber quedado segunda. Lo anecdótico de esta hazaña fue que una niña catalogada como analfabeta consiguió un premio al alcance de muy pocos. La ceremonia exigía decoro a la hora de vestir, sin embargo para Bow, esto no tenía mucho sentido. No tenía zapatos para poder acudir a dicha ceremonia. Las chanclas habían formado parte de su vida diaria desde que había nacido. El hermano Víctor le consiguió un par de zapatos y pudo acudir a su cita y salir por primera vez de su poblado.
Bow fue creciendo, siguió estudiando, y consiguió excelentes resultados. Su carácter y su personalidad lejos de dedicarse al estudio se centraban también en ayudar a su familia, por lo que una vez que acabó los estudios decidió ayudar dando clase en la escuela que un día le ayudó a llegar donde está, La Salle Sangklaburi. Hoy en día imparte clases de informática a varios cursos y con el dinero que recibe como docente se dedica a ayudar a su familia y a seguir estudiando para poder conseguir los créditos suficientes para poder acceder a la universidad y estudiar medicina, uno de sus sueños.
Bow puede que jamás consiga acceder a la universidad, puede que jamás obtenga la nacionalidad tailandesa, puede que nunca tenga la oportunidad de salir más allá de su provincia, sin embargo, de lo que se puede estar seguro es que pase lo que pase, cada día se levantará con una sonrisa y se esforzará lo máximo que pueda para poder conseguir sus objetivos y hacer la vida de su familia más fácil y más cómoda.
