Muy buenas a todos los que nos seguís,
Allá por navidades nos llegó el correo que describía nuestro proyecto para este verano. Aunque extenso y con mucha literatura que lo justificaba, en concreto se trataba de construir una cantina. Hasta este curso no existía un lugar donde poder distribuir la comida entre los alumnos de una manera higiénica y organizada. Ahí aparecíamos nosotros y el proyecto que desarrollaríamos en colaboración con PROYDE. Un edificio que construiríamos con tejado de una sola agua y abierto en la parte superior para que corra bien el aire. En el interior unos mesas para distribuir los alimentos repartidas en cuatro espacios.
Comenzamos limpiando el lugar, una ardua tarea en la que quitamos hierbas y maleza, rastrillamos y cavamos hasta que quedo bien limpio. Allanamos el espacio donde se ubicaría nuestra construcción.
Después nos pusimos manos a la obra realizando los cimientos. Para ello tuvimos que cavar las zanjas donde pondríamos los primeros bloques que soportarían el hormigón con la ferralla. Para poner los pilares y crear los cimientos recurrimos a hacer con tablones los moldes y después pusimos la ferralla sobre la que echamos finalmente el hormigón.
Tras estar tarea y una vez fraguado el cemento, rellenamos los huecos de las zanjas con tierra y allanamos el espacio interior de la casa. De esta manera parecía que no habíamos hecho nada porque nuestro trabajo quedaba cubierto, pero así debe ser la base de todo lo importante… incluidas las personas, los valores que no se ven pero que sostienen lo que somos y nuestros actos.
Sobre los pilares y usando listones como referencia fuimos poniendo el suelo con una gruesa capa de cemento, que íbamos mojando una y otra vez para que quedara bien y liso.
A partir de aquí comenzamos a levantar nuestra pared que apenas iba a subir poco más de metro y medio. Una tarea en la que nuestra labor principalmente era rellenar algunos espacios entre los bloques con cemento, trasladar la arena y hacer el cemento, acercar los bloques hasta los lugares necesarios…
Una vez que las paredes cogían altura, empezamos a levantar las columnas sobre las que descansa ahora parte del peso de los muros y que al mismo tiempo se levantarían sobre estos para alcanzar la base del tejado. Alternábamos el cemento solo con arena y con arena y grava en función de lo que queríamos hacer en cada momento. Íbamos cortando los hierros y trenzábamos los mismos entre si atándolos con alambres.
Para que las paredes no quedaran excesivamente bastas cuando enfoscáramos las mismas, hubo que estar tamizando la arena que habían traído desde el río. Palas y palas de arena fueron pasando por el tamiz durante muchos días para poder dejar unas paredes lisas y finas. Así el cemento que hacíamos conesta arena era mucho más liso.
Finalmente llegó el momento de construir el tejado. Quizás lo más complicado fue hacer las vigas sobre las que pondríamos la estructura de madera que iba a formar el tejado. Paciencia, mucha tablón, medir y cortar para hacer los moldes lo mejor posible…
Para levantar el tejado hubo que hacer mucho uso de la sierra, los clavos y el martillo. Construimos la estructura en el suelo y la fuimos subiendo por partes. Una vez arriba fuimos fijando la chapa y revistiendo los bordes con latón para evitar que entre agua en la estructura del tejado y para que quede lo más bonita posible.
Este viernes dimos una capa de cal a nuestra obra y después por la tarde le dimos el color. Un marrón apagado en la parte inferior y las columnas con un color crema. Previamente a esta última capa de pintura hicimos la bendición de la casa, para ello la rociamos con vino y rezamos por su servicio y esperemos durabilidad…
Paralelamente hicimos una obra menor que eran unos baños. Para ello el procedimiento fue el mismo porque lo más complicado en este caso que era la fosa séptica ya esta
ba hecha. Así que básicamente levantamos el pequeño edificio con un par de baños. Lo más complicado en este caso era que había que estar subiendo y bajando escaleras para llegar al lugar de la obra por lo que resultaba bastante más duro. También está acabada y pintada. Les dejo unas fotos…
No todo va a ser trabajar, así que el fin de semana nos esperaba con nuevas aventuras. El sábado visitamos Ekali, el santuario de los simios y aunque nos costó entrar, finalmente lo pudimos visitar. Allí contemplamos monos, chimpacés y gorilas… compartimos un bocata y disfrutamos de un día diferente. Nos adentramos en la selva, encontramos una plantación de chocolate.
El santuario es un lugar donde se recogen animales heridos o bien crías que han perdido en la caza furtiva a sus madres. También existe la solidaridad con el mundo natural.
Y eso si, nuestro viaje al estilo propio del país, apretaditos para darnos calor humano y mucha alegría. Todas nuestras salidas vienen amenizadas por la música del móvil de Marcos o de Juan y el altavoz que Daniela, que no pudo venir este año, nos prestó y que está haciendo un servicio a la Comunidad impresionante. ¡Gracias Daniela!
Pero como ya les he comentado en alguna ocasión más de este blog, nuestro proyecto va más allá de dejar un par de construcciones. Se trata de vivir una experiencia de voluntariado en la que compartimos la vida comunitaria con otros voluntarios lasalianos de otra cultura. La convivencia entre los voluntarios españoles ha sido uno de los puntos más fuertes del proyecto. Un grupo tan numeroso, no dejaba las cosas fáciles para esto, sin embargo creo que todos estamos satisfechos y muy felices por lo que hemos compartido entre nosotros y como escribe alguno de los padres, hemos creado unos lazos de amistad fuertes que nos dejarán unidos por esta maravillosa experiencia y sus recuerdos.
No menos importante es también la satisfacción que sentimos por la acogida y las muestras de cariño recibidas desde el primer momento de nuestra llegada a Camerún por parte de los voluntarios cameruneses. Hemos compartido mucho con ellos y nos hemos enriquecido mutuamente, siendo capaces de vernos ahora de una manera diferente a lo como lo hacíamos antes de llegar a nuestra casa en Mbalmayo… porque realmente es como nos sentimos, en nuestra casa y eso dice mucho de nuestros hermanos cameruneses.
También hemos intentado vivir a su ritmo, compartir las cosas que para ellos son fundamentales como es la oración. La fe es uno de los elementos que dan identidad a una comunidad lasaliana, y estos voluntarios la comparten cada mañana y cada tarde. El servicio, que es otro de los elementos fundamentales, lo hemos expresado a través de nuestro proyecto y el trabajo desinteresado de todo este mes. Y finalmente el otro valor irrenunciable es la fraternidad que como he dicho hemos desarrollado compartiendo día y noche entre nosotros y con nuestros compañeros cameruneses.
Mañana vamos a visitar el orfanato con el colaboramos desde que el primer año pasamos por esta ciudad. No sé si tendré tiempo de contarles algo más en otra entrada de aquí al jueves, por lo que les adelanto que queremos reparar los somieres de las literas que hicimos el año pasado porque no eran de muy buena calidad y comprar más colchones forrados para evitar que los «disgustos» nocturnos de los niños y las niñas de la casa sigan echándolos a perder año tras año. Pasaremos el día entero en el orfanato, limpiaremos y por la tarde montaremos los somieres nuevos y los nuevos colchones. Seguro que va a ser un día maravilloso. Este miniproyecto es posible gracias a la aportaciones de algunos miembros de la comunidad educativa a los que les agradezco y mucho su aportación, pues seguro que estamos dejando una situación un poco más digna a los niños y niñas que viven en esta casa. Intentaré enviar alguna foto y algún texto… vamos a ver.
Hoy, domingo, nos invitaron a hacer un segundo día español. La principal dificultad es la comida, especialmente porque no nos queda prácticamente nada, así que imaginación. Hemos preparado para comer unos espaguetis con carne y ¡tomate frito casero!… también hemos abierto las últimas seis latas de atún que nos quedaban por si alguien quería mezclar atún en lugar de carne… aunque hemos descubierto que la mezcla de atún, carne, tomate y espaguetis está muy buena. Por la noche hemos preparado sangría, flan y huevos rotos… pondremos algo de paté y almogrote para untar. Al final hemos escapado, pero sobre todo hemos vuelto a estar juntos en torno a unas papas y unos fogones… seguimos construyendo fraternidad. Qué orgullosos nos podemos sentir de los voluntarios que viven en este hogar, españoles y africanos.
Hasta pronto…