INDIA rumbo al SUR

¡ Hola !

Volvemos a la carga con una nueva entrada, llena de nuevas aventuras del grupo Ohana de Madrid, voluntarios en India.

El domingo 23, cargamos las mochilas bien prontito para pasar un buen día de playa , coincidiendo con otro grupo de voluntarios, que están haciendo su proyecto en Boy’s Village .

Llevamos comida «tipical Spanish» y compartimos e intercambiamos vivencias de ambos proyectos.

Después, nos dimos un buenísimo baño en aguas del Océano Índico.

Compartiendo experiencias 🙂

Un buen paseo por la orilla , siempre es buen momento para poder pensar, rezar y abrir el corazón a lo pequeño, abrir los ojos a lo invisible y para recordar que somos sal del mundo.

Océano Índico

Por la noche, fuimos a conocer otra obra de La Salle, en Sooranam .

Allí pasamos la noche y compartimos con la comunidad de Hermanos . Al día siguiente, pudimos descubrir sus aulas y sus alumnos, que sin darse cuenta, nos hicieron sentir como en casa.

«Aula de La Salle Sooranam»

Sus miradas, sus sonrisas y recibimiento, entraron directos en nuestro corazón.

El Hermano Director del Colegio nos presentó por las clases y tuvimos preciosos intercambios de canciones, palabras e incluso alguna pregunta, jeje.

Después, fuimos a ver un templo Hinduista importante, a pocos minutos del colegio.

Pudimos contemplar casi 2000 años de antigüedad. Y observamos la delicadeza de la construcción hinduista.

Templo Hinduista

 

Cambiando de tercio y volviendo al trabajo … por el cole de Tuticorin , estamos terminando la pintura exterior y vamos a empezar con la pintura interior.

ANTES …
¡DESPUÉS!

Contentos cada día, con el esfuerzo y la ilusión de desempeñar nuestro trabajo cerca de los preferidos de Dios. La recompensa es grande y la ilusión de ver cada día como el color va conquistando terreno, hace que tengamos fuerza para continuar.

¡ Un abrazo desde Tuticorin !

 

Conociendo nuevas realidades…

Durante esta semana, algo dentro de nosotros estaba cambiando. Todo a empezado a dar vueltas en nuestras cabezas, y nos hemos topado con sentimientos muy dispares.

Hemos realizado los diferentes talleres en casa joven que se nos propusieron y en los distintos talleres encontramos gente distinta que nos mostraba su realidad y que nos enseñaba algo nuevo. Ellos se nos abrían cual libro, y nos dejaban impresionados con cada historia, cada forma de vida. Desde una familia destrozada que seguía luchando, hasta personas que no creían poder caer más bajo y nos mostraba una gran sonrisa al vernos cada mañana.

Aunque no todo fue hacer talleres, también fuimos a ayudar al barrio. Lugar donde se están reconstruyendo todos los juegos de el parque; desde lijar y pintar hasta colocar estos juegos y que los niños disfruten de ellos. El barrio es un lugar distinto, donde hay desde casas hechas con chapas hasta casas realizadas con buenos materiales. Un lugar donde la lluvia llena las calles enteras y las inunda a la vez que destruye hogares al no tener un buen sistema de alcantarillado. Pero esto no solo impide a los coches a no moverse, sino que también deja a pibes sin poder ir a la escuela  o sin dormir por achicar agua para que no se ahoguen. La lluvia es capaz de llenar un casa entera del barrio.

Algo que nos extraño mucho fue que mientras estábamos trabajando (pintando y lijando), la gente del barrio se acercaba a nosotros y nos traían agua y nos hablaban de ellos y de lo bien que les parecía que estuviésemos arreglando la plaza.

El jueves por la mañana, un grupo se fue a repartir panfletos alrededor del barrio porque al día siguiente íbamos a  realizar una serie de juegos en la plaza. Mientras los repartían vieron como los niños jugaban en el barro o en los patios de sus casas que también estaban embarrados. Un pibe que les acompañaba entraba en la casa y les daba el panfleto y les informaba. Los que fueron a repartir por el barrio, nos contaron la realidad a los que nos quedamos en la casa. Nos quedamos muy intrigados y a la vez algo tristes por las situaciones que nos comentaron nuestros compañeros.

Al día siguientes pudimos comprobar alguno de los espacios que nos describieron, fue una tarde bastante productiva y fructífera. Es decir, fue productivo porque conocimos más situaciones y pudimos hacer que ellos se evadiesen de sus situaciones, eramos iguales todos y jugábamos al mismo nivel no hubo en ningún momento ese sentimiento de superioridad que esperaba tener o sentir.  Y fue fructifera porque de esa tarde pudimos sacar muchas reflexiones y cuestiones y a todos se nos quedó algo marcado.

Ya para terminar, decir que esta experiencia esta siendo muy enriquecedora con solo dos semanas de estancia aquí; estoy seguro de que todo lo vivido no llega al 10% de lo que nos queda.

EMPEZAMOS A SUMAR

La dimensión temporal es algo tan relativo como que un segundo puede parecer toda una vida o, como nos ha pasado a nosotros, una semana consumirse sin apenas darse cuenta. Por eso, pasamos otra vez por aquí para contaros cómo van nuestras vivencias.

 

En esta zona del mundo, el sudeste asiático, es época de monzón lo que se traduce en lluvia constante, a veces durante horas; casi días enteros. Estas condiciones imposibilitan un poco la continuidad en el trabajo de campo que teníamos organizado (para quien nos lea por primera vez: el cementado de un camino)  Pero estas condiciones algo adversas no nos paran y, como reza el título que encabeza esta entrada, ya hemos empezado a sumar, haciendo gala del lema que nos trajo hasta aquí: Yo sumo.

Nuestro primer sumando lo hemos puesto con nuestro trabajo físico. Durante dos días a la semana aportamos nuestro granito de arena al cementado del mencionado camino, que facilitará el acceso a la escuela. El idioma no ha sido una barrera para que la colaboración que prestamos a los trabajadores que se encargan de la obra sea fluida. Como bien aprendimos en nuestra formación, una de las funciones básicas del voluntario es empezar a formar parte del ambiente. Ser un elemento más del mismo.

Como hemos dicho más arriba, las condiciones meteorológicas no siempre nos permiten trabajar en el camino, por lo que, con el permiso del Hermano Philip, hemos empezado a prestar nuestra ayuda pintando una de las nuevas casas del hogar «Blue Sky Home», donde residen una treintena de alumnos del colegio.

 

 

El siguiente sumando que aportamos a la ecuación es en el día a día de las aulas. Hemos comenzado a impartir clases de inglés en distintos cursos, así como dar apoyo en las clases del Hermano Víctor y otros profesores.

 

Es gratificante observar como, a pesar de todas las dificultades que tienen, la mayoría de niños se esfuerza en progresar y aprender un idioma que, debido a las diferencias en el alfabeto, se les hace tan complicado. 

Nuestra participación en el entorno educativo les regala cambios en su rutina que les hace felices, disfrutan con nuestras explicaciones (la barrera idiomática hace que los signos sean parte de nuestro día a día, con las situaciones graciosas que ello genera) y los juegos que realizamos con ellos les ameniza su estancia en las aulas. Nos gusta pensar que esto les impulsará a seguir adelante en su formación académica. Es en sitios como este donde más se puede ver el espíritu de San Juan Bautista de la Salle, en el camino y entrega en la educación de los que menos tienen.

De esta manera, es el colegio otro ambiente en el que ya empezamos a ser parte del paisaje, donde cada vez llamamos menos la atención y donde no son solo ellos los que se ven aportados, si no nosotros también recibimos multitud de estímulos para seguir en nuestro camino de cambio personal.

Como podéis observar nuestro día a día tiene ocupaciones, pero no podíamos dejar de hablaros de otro de los sumandos básico de nuestra operación, los chicos y chicas del «Blue Sky Home».  La casa donde estamos instalados comparte espacio con el hogar que tienen estos niños dentro de las instalaciones del colegio.

 

A parte de la convivencia diaria y los talleres que realizamos con ellos, todos los días compartimos cena, convirtiéndonos de esta manera en un elemento más de su día a día; pasando de la vergüenza y el respeto inicial que nos tenían, a una complicidad que les lleva a interactuar con nosotros de manera natural, compartiendo desde juegos hasta bailes

   

Por último, nuestra relación con la comunidad de Hermanos que nos acoge no puede ir mejor. Por un lado, el incansable Hermano Víctor, que a pesar de a su edad sigue al pie del cañón y es una referencia tanto para los otros Hermanos, como para los profesores y, por supuesto, para todos los niños, que le adoran. Para nosotros es un referente y, bajo sus directrices, hemos empezado a trabajar en el proyecto.

 

Por otro lado, el Hermano Philip (que se encarga de muchos proyectos de construcción en la escuela)  el Hermano Mathew y St el Hermano Stephen están ejerciendo de anfitriones en nuestra llegada a Tailandia. El pasado fin de semana (cuando el ritmo de trabajo desciende en la escuela) nos prepararon varias excursiones junto a un grupo de voluntarios franceses de un colegio de La Salle en París (que están en la ubicación original de las escuelas de Bambú, la escuela actual se encuentra a unos kilómetros) Pudiendo conocer varios templos, pagodas y ver la vida en el pueblo de Sanghlaburi, con su impresionante puente de madera sobre el río (el segundo más grande del mundo de los de su categoría) También hemos compartido cena y un día de excursión en una casa flotante por el río.

Decíamos al comenzar que empezábamos a sumar y como podéis ver, los días pasan y cada vez estamos más aclimatados a un nuevo entorno, una nueva cultura, al clima lo que nos permite seguir añadiendo elementos a nuestra suma esperando que el resultado final sea lo más grande posible. Os seguiremos contando como  crece esta operación, pero de momento creemos que va por buen camino.

 

Primera semana: Preparando la llegada de los niños

Llevamos una semana en Paraguay y nos sentimos como en familia dada  la acogida y cercanía de los Hermanos, Hermanas y Comunidad educativa. Esta primera semana el grupo de voluntarios nos hemos dedicado a los preparativos para el regreso de las vacaciones de invierno de los niños: hemos realizado la limpieza de distintas zonas de la escuela, acondicionado el aula de informática, y organizado las clases y actividades que se desarrollarán durante nuestra estancia en el chaco paraguayo.

A mitad de semana partimos hacia la capital del país, Asunción, visitando el colegio de La Salle ubicado en el barrio de Fátima para conocer la realidad de una de las zonas más deprimidas de la ciudad.

Aprovechamos para visitar los principales puntos turísticos del casco histórico y tuvimos la oportunidad de conocer la Exposición ganadera y artesanal más importante del año en este país.

Como dínámica para compartir un tiempo de grupo se realizó la excursión a las cataratas de Iguazú. Partimos muy temprano para disfrutar de una celebración en la Basílica de Caacupé.

Ya de regreso a Pozo Colorado empezamos a recibir a los verdaderos protagonistas de la escuela, nuestros pequeños y amorosos niños y niñas. El domingo 23 tuvimos una celebración especial para darnos la bienvenida al grupo de voluntarios.

Guardamos con mucho cariño el mural que nos dedicó el Hermano Pablo.

El calor se ha hecho notar, el trabajo comienza a ser más intenso pero nos sentimos orgullosos de la estancia en este nuestro pequeño paraíso.

¡Seguiremos informando!

Conchy, Zoila, Elena, Carlos, Alexis, Jeremías y Joel.

Capital federal

Recién llegados a Buenos Aires, y ahí tenemos la ciudad a nuestros pies.

Creo que las ciudades no son sus edificios, ni sus rascacielos más altos o los más emblemáticos. Las ciudades no son ni siquiera sus amaneceres o sus parques o sus puentes, por bonitos, por largos o por espectaculares que sean.

Las ciudades no son sus personas, las ciudades tampoco son sus fachadas, o sus banderas, o sus ríos o sus mares. Ni sus paredes, aunque a veces estas paredes sean paredes pintadas o paredes que hablan o gritan más que sus políticos.

Las ciudades no son las calles que ves desde la ventanilla del colectivo, o desde lo alto de un edificio que desafía el cielo, o el asfalto. Ni las aceras que pisamos cuando vamos de una calle para otra o de una plaza para otra o de un monumento para otro.

Esta claro que ninguno de nosotros vinimos como turistas, pero Buenos Aires no dejo a nadie de los nuestros indiferente. Poco tardamos en enamorarnos de sus calles, sus colores, su gente.

Las ciudades son, bueno, o eso creo yo, lo que nos recuerdan, lo que hemos vivido en ellas o lo que nos proyectan en la distancia.

Hay ciudades que tienes que visitar, puentes que tienes que cruzar, sueños que tienes que perseguir y personas a las que tienes que cuidar.

Proyecto finalizado… se acerca el final de nuestra aventura

Muy buenas a todos los que nos seguís,

Allá por navidades nos llegó el correo que describía nuestro proyecto para este verano. Aunque extenso y con mucha literatura que lo justificaba, en concreto se trataba de construir una cantina. Hasta este curso no existía un lugar donde poder distribuir la comida entre los alumnos de una manera higiénica y organizada. Ahí aparecíamos nosotros y el proyecto que desarrollaríamos en colaboración con PROYDE. Un edificio que construiríamos con tejado de una sola agua y abierto en la parte superior para que corra bien el aire. En el interior unos mesas para distribuir los alimentos repartidas en cuatro espacios.

Comenzamos limpiando el lugar, una ardua tarea en la que quitamos hierbas y maleza, rastrillamos y cavamos hasta que quedo bien limpio. Allanamos el espacio donde se ubicaría nuestra construcción.

Después nos pusimos manos a la obra realizando los cimientos. Para ello tuvimos que cavar las zanjas donde pondríamos los primeros bloques que soportarían el hormigón con la ferralla. Para poner los pilares y crear los cimientos recurrimos a hacer con tablones los moldes y después pusimos la ferralla sobre la que echamos finalmente el hormigón.

Tras estar tarea y una vez fraguado el cemento, rellenamos los huecos de las zanjas con tierra y allanamos el espacio interior de la casa. De esta manera parecía que no habíamos hecho nada porque nuestro trabajo quedaba cubierto, pero así debe ser la base de todo lo importante… incluidas las personas, los valores que no se ven pero que sostienen lo que somos y nuestros actos.

Sobre los pilares y usando listones como referencia fuimos poniendo el suelo con una gruesa capa de cemento, que íbamos mojando una y otra vez para que quedara bien y liso.

A partir de aquí comenzamos a levantar nuestra pared que apenas iba a subir poco más de metro y medio. Una tarea en la que nuestra labor principalmente era rellenar algunos espacios entre los bloques con cemento, trasladar la arena y hacer el cemento, acercar los bloques hasta los lugares necesarios…

Una vez que las paredes cogían altura, empezamos a levantar las columnas sobre las que descansa ahora parte del peso de los muros y que al mismo tiempo se levantarían sobre estos para alcanzar la base del tejado. Alternábamos el cemento solo con arena y con arena y grava en función de lo que queríamos hacer en cada momento. Íbamos cortando los hierros y trenzábamos los mismos entre si atándolos con alambres.

Para que las paredes no quedaran excesivamente bastas cuando enfoscáramos las mismas, hubo que estar tamizando la arena que habían traído desde el río. Palas y palas de arena fueron pasando por el tamiz durante muchos días para poder dejar unas paredes lisas y finas. Así el cemento que hacíamos conesta arena era mucho más liso.

Finalmente llegó el momento de construir el tejado. Quizás lo más complicado fue hacer las vigas sobre las que pondríamos la estructura de madera que iba a formar  el tejado. Paciencia, mucha tablón, medir y cortar para hacer los moldes lo mejor posible…

Para levantar el tejado hubo que hacer mucho uso de la sierra, los clavos y  el martillo. Construimos la estructura en el suelo y la fuimos subiendo por partes. Una vez arriba fuimos fijando la chapa y revistiendo los bordes con latón para evitar que entre agua en la estructura del tejado y para que quede lo más bonita posible.

Este viernes dimos una capa de cal a nuestra obra y después por la tarde le dimos el color. Un marrón apagado en la parte inferior y las columnas con un color crema. Previamente a esta última capa de pintura hicimos la bendición de la casa, para ello la rociamos con vino y rezamos por su servicio y esperemos durabilidad…

Paralelamente hicimos una obra menor que eran unos baños. Para ello el procedimiento fue el mismo porque lo más complicado en este caso que era la fosa séptica ya esta
ba hecha. Así que básicamente levantamos el pequeño edificio con un par de baños. Lo más complicado en este caso era que había que estar subiendo y bajando escaleras para llegar al lugar de la obra por lo que resultaba bastante más duro. También está acabada y pintada. Les dejo unas fotos…

No todo va a ser trabajar, así que el fin de semana nos esperaba con nuevas aventuras. El sábado visitamos Ekali, el santuario de los simios y aunque nos costó entrar, finalmente lo pudimos visitar.  Allí contemplamos monos, chimpacés y gorilas… compartimos un bocata y disfrutamos de un día diferente. Nos adentramos en la selva, encontramos una plantación de chocolate.

El santuario es un lugar donde se recogen animales heridos o bien crías que han perdido en la caza furtiva a sus madres. También existe la solidaridad con el mundo natural.

Y eso si, nuestro viaje al estilo propio del país, apretaditos para darnos calor humano y mucha alegría.  Todas nuestras salidas vienen amenizadas por la música del móvil de Marcos o de Juan y el altavoz que Daniela, que no pudo venir este año, nos prestó y que está haciendo un servicio a la Comunidad impresionante. ¡Gracias Daniela!

Pero como ya les he comentado en alguna ocasión más de este blog, nuestro proyecto va más allá de dejar un par de construcciones. Se trata de vivir una experiencia de voluntariado en la que compartimos la vida comunitaria con otros voluntarios lasalianos de otra cultura. La convivencia entre los voluntarios españoles ha sido uno de los puntos más fuertes del proyecto. Un grupo tan numeroso, no dejaba las cosas fáciles para esto, sin embargo creo que todos estamos satisfechos y muy felices por lo que hemos compartido entre nosotros y como escribe alguno de los padres, hemos creado unos lazos de amistad fuertes que nos dejarán unidos por esta maravillosa experiencia y sus recuerdos.

No menos importante es también la satisfacción que sentimos por la acogida y las muestras de cariño recibidas desde el primer momento de nuestra llegada a Camerún por parte de los voluntarios cameruneses. Hemos compartido mucho con ellos y nos hemos enriquecido mutuamente, siendo capaces de vernos ahora de una manera diferente a lo como lo hacíamos antes de llegar a nuestra casa en Mbalmayo… porque realmente es como nos sentimos, en nuestra casa y eso dice mucho de nuestros hermanos cameruneses.

También hemos intentado vivir a su ritmo, compartir las cosas que para ellos son fundamentales como es la oración. La fe es uno de los elementos que dan identidad a una comunidad lasaliana, y estos voluntarios la comparten cada mañana y cada tarde. El servicio, que es otro de los elementos fundamentales, lo hemos expresado a través de nuestro proyecto y el trabajo desinteresado de todo este mes. Y finalmente el otro valor irrenunciable es la fraternidad que como he dicho hemos desarrollado compartiendo día y noche entre nosotros y con nuestros compañeros cameruneses.

Mañana vamos a visitar el orfanato con el colaboramos desde que el primer año pasamos por esta ciudad. No sé si tendré tiempo de contarles algo más en otra entrada de aquí al jueves, por lo que les adelanto que queremos reparar los somieres de las literas que hicimos el año pasado porque no eran de muy buena calidad y comprar más colchones forrados para evitar que los «disgustos» nocturnos de los niños y las niñas de la casa sigan echándolos a perder año tras año. Pasaremos el día entero en el orfanato, limpiaremos y por la tarde montaremos los somieres nuevos y los nuevos colchones. Seguro que va a ser un día maravilloso. Este miniproyecto es posible gracias a la aportaciones de algunos miembros de la comunidad educativa a los que les agradezco y mucho su aportación, pues seguro que estamos dejando una situación un poco más digna a los niños y niñas que viven en esta casa. Intentaré enviar alguna foto y algún texto… vamos a ver.

Hoy, domingo, nos invitaron a hacer un segundo día español. La principal dificultad es la comida, especialmente porque no nos queda prácticamente nada, así que imaginación. Hemos preparado para comer unos espaguetis con carne y ¡tomate frito casero!… también hemos abierto las últimas seis latas de atún que nos quedaban por si alguien quería mezclar atún en lugar de carne… aunque hemos descubierto que la mezcla de atún, carne, tomate y espaguetis está muy buena. Por la noche hemos preparado sangría, flan y huevos rotos… pondremos algo de paté y almogrote para untar. Al final hemos escapado, pero sobre todo hemos vuelto a estar juntos en torno a unas papas y unos fogones… seguimos construyendo fraternidad. Qué orgullosos nos podemos sentir de los voluntarios que viven en este hogar, españoles y africanos.

Hasta pronto…

De Hakuna Mathata en Karemeno

Hemos llegado al ecuador de nuestra gran experiencia y queremos compartir con vosotros algunas pinceladas de las huellas que está dejando en nosotros estos días en Kenia, en nuestra escuela de Karemeno.

El proyecto que veníamos a realizar va avanzando y tras hacer la parte más dura, teniendo que hacer toda la parte de la cimentación, comenzamos a ver cómo va creciendo y si en estos días hemos puesto nuestros granitos de arena, con pala incluida, ahora comenzaremos a colocar los ladrillos que darán altura e ilusión a este bonito proyecto.

Hemos podido compartir grandes ratos con los chavales de la escuela, tanto en el colegio de secundaria cómo un colegio de al lado de primaria. Las sonrisas, ilusión y miradas de nuestros pequeños amigos han dado vida a las tardes aquí en Karemeno.

También hemos tenido la gran suerte de vivir momentos especiales entre nosotros y  con los hermanos, con una gran celebración de cumpleaños de Sara incluida, estamos muy orgullosos de todo lo que no esta enseñando esta cultura y de convivir estos días aquí, impregnándonos de otros proyectos de la zona y de grandes personas que están haciendo posible que la gente de Kenia y en especial los jóvenes vayan teniendo un futuro más esperanzador.

Seguimos creciendo poa poa y con la filosofía de aquí..HAKUNA MATHATA

 

 

Nuestros primeros días en González Catán

Tras casi 13 horas en avión y un movido viaje en furgoneta a González Catán fuimos recibidos con mucha ilusión y entusiasmo.

La gente de la casa nos esperaba con los brazos abiertos y con ganas de saber nuestra historia. Nosotros por nuestra parte, encantados y algo sorprendidos nos dejamos llevar y enseguida nos sentimos uno más.

Después de un día de adaptación rápidamente nos pusimos con las tareas que nos habían encomendado. La mitad de nosotros fuimos a la colonia, lugar en donde los niños con diversos problemas en casa van a pasar las vacaciones de invierno. Otros nos encargamos de diversos proyectos que ya estaban en marcha como ir a arreglar un parque o pintar la pista de baile.

Sin duda, esta experiencia nos ha abierto los ojos y nos ha ayudado a pensar diferente. Cosas que salieron a la luz la reunión que tuvimos el segundo día.

Ya hemos aprendido mucho, y esto acaba de comenzar.

 

India ‘ 17

Despedida en el aeropuerto de Madrid.

Acogida en La Salle Tuticorin

18.07.2017

Nos encontramos en el primer colegio fundado en la India. Es una suerte para nosotros estar aquí en una pequeña comunidad con seis hermanos.

Clara,Pablo,Luis, Sonsoles,Hno.Arsenio,Patri  y Sara se encuentran a punto de descubrir lo que hay detrás de las cientos de sonrisas que han que han visto desde el autobús que les traía aquí del aeropuerto.

Acogida Aeropuerto Madurai,India.

 

Por la mañana conocemos por dentro y por fuera las aulas.

Por la tarde en una gran final de fútbol en la que nos hacen partícipes y nos hacen entrega de un collar con significado de honor y bienvenida.

Recibimiento con collares y con los Hermanos de la Comunidad.

 

Ganador del partido de Futbol La Salle Tuticorin

Una bonita suelta de palomas y un gran aplauso que hace que nos sintamos como en casa.

Mañana empezaremos nuestra nueva rutina, encaminando los pasos a la labor que tenemos en mente y por la que estamos aquí.

Un abrazo fuerte.

Live Jesus in our hearts.