NOS DESPEDIMOS DE PARAGUAY

Durante estas dos semanas el trabajo se ha intensificado, dando clases, trabajando y estando con los niños, los protagonistas de este Voluntariado. En los últimos días, nos hemos centrado en terminar la señalización en cartelería y las actividades del Día del Niño, que coincidió con nuestro último día de estancia en la Escuela.

 

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Este último tiempo nos hemos sentido muy adaptados al ritmo de la Escuela y con ello cumplir el objetivo principal de nuestro proyecto que era acompañar a los niños y servir a la comunidad en todo lo que fuera necesario.

La semana pasada recibimos una sorpresa por parte del H. Aníbal, nos llevó a un fortín-museo de la guerra del Chaco, que nos permitió conocer un poco más de la historia del Chaco y compartir un momento especial con el resto de voluntarios.

Para finalizar nuestro voluntariado contó con un motiva despedida, donde los chicos y las chicas de la escuela nos brindaron con una serie de bailes típicos del Paraguay. Asimismo, la comunidad educativa se despidió de nosotros, dándonos su agradecimiento por la ayuda durante este tiempo y nos queda grabado un lindo mensaje de la celebración «Gracias por hacernos sentir importantes», mensaje que devolvemos a todos ellos por su labor y dedicación a los niños.

DCIM100GOPROGOPR1110.JPGFinalmente, queremos agradecer a Proyde por darnos la oportunidad de disfrutar de esta experiencia y a la comunidad educativa de San Isidro Labrador por dejarnos llevar un pedacito de Paraguay en cada uno de nuestros corazones.

Un abrazo.

Conchy, Zoila, Elena, Carlos, Alexis, Jeremias y Joel.

Pongamos de moda el arte de ayudar.

Ya hace tiempo que pasamos el ecuador del viaje, y en este momento, no nos sentimos unos extranjeros, unos forasteros que vienen de un país lejano. Esos pensamientos son cosa del pasado, podríamos decir que son de la primera semana, pero ni siquiera el segundo día en tierras argentinas se nos pasó por la cabeza la idea de que éramos unos desconocidos. Después de más de veinte días en Casa Joven podemos describir perfectamente lo que es, un hogar inesperado y atemporal.

En este lugar nos hemos descubierto a nosotros mismos a través del trabajo, esta última semana los talleres propuestos fueron los habituales (panadería, carpintería, danza, huerto y como siempre, cocina). Además, la preparación de una pequeña fiesta con muchos juegos en la plaza del barrio de Los Ceibos, para celebrar el fin del proyecto gracias al cual compartimos horas de trabajo con un grupo de franceses y pibes argentinos. Fruto de estar mano a mano construyendo de cero un parque, los niños y no tan niños de este barrio pueden disfrutar de un espacio donde pasan el tiempo intercambiando risas, conversaciones y momentos de juego.

Este mismo fin de semana nos despedíamos de los franceses con una comida juntos, recordando los ratos que pasamos en compañía de todos. Después, fuimos al Municipio de Tigre, donde visitamos y nos recorrimos el Puerto de Frutos. Sin embargo, todos estábamos deseando que empezase una nueva semana en Casa Joven.

Esa nueva semana ha empezado y poco a poco muchas de las actividades que al principio del viaje no parecían gran cosa han ido tomando forma, un ejemplo es el invernadero, donde solo había un par de maderas puestas ahora está terminado y en funcionamiento. Otros talleres en los que todos hemos sido partícipes fueron la remodelación de la panadería, hacer juguetes en carpintería para luego venderlos y un taller de costura donde hemos puesto a prueba nuestra paciencia y habilidad.

Esperamos que los últimos días que nos quedan aquí los aprovechemos como hasta ahora y que sigamos construyendo la relación tan buena que tenemos con los pibes y educadores de Casa Joven, que son, sin ninguna duda, la razón por la que este lugar es así de especial.

  

DONDE HAY VOLUNTAD HAY UN CAMINO

Sentados en el porche de nuestra pequeña casa en mitad de la selva tailandesa se extiende ante nuestros ojos un basto manto verde uniforme, montañas cubiertas de vegetación que las convierte en gigantes monocromáticos. Unos más altos, otros más bajos. Impasibles a cualquier avance, observando la vida que pasa a su alrededor. Pareciera, cuando uno lo viera, que se detiene el tiempo a su alrededor.

Eso es lo que ven nuestros ojos de europeos cuando nos asomamos al balcón de la selva pero, como os dijimos, esos ojos se han ido transformando, adaptando. Y si el paisaje nos ha engullido, nosotros empezamos a engullir a el paisaje con otros ojos. Y donde antes solo había gigantes verdes, uniformes en forma y color, ahora apreciamos distintos elementos, una casa allí, un río allá, ese árbol que destaca sobre el resto. Si uno se queda parado ante la selva puede sentir hasta su respiración, bocanadas de aire caliente que salen de su interior como el aire se desprende de los pulmones del hombre. Cobrando vida. Vida que brota a raudales en su interior, a veces imperceptible a la mirada pero no al oído.

Y, por supuesto, lo que uno aprende a diferenciar de la selva cuando la ve con otros ojos son sus caminos. Sendas que se abren paso como las venas recorren nuestro cuerpo para transportar la vida. Y, por esos caminos, se mueven los elementos que dotan de dinamismo a los grandes gigantes verdes. Personas y animales que son una parte más del paisaje.  Cuando nuestros cuerpos se levantan del privilegiado balcón del que gozamos, es capaz de ver todos estos pequeños detalles, de introducirse en ellos incluso. Y a eso vinimos aquí, a construir caminos físicos y espirituales, que sirvan de puente para unir.

Como os dijimos la semana pasada, nuestro proyecto de cementado de un camino finalizó con éxito, logrando finalizar así nuestro primer vínculo con nuestra comunidad de acogida. También llevamos a buen puerto nuestra ayuda en las nuevas casas del hogar Blue Sky Home. Por tanto, esta semana estábamos huérfanos de trabajo físico, que no de tarea.

Nuestra semana ha transcurrido en el colegio de La Salle Sangklaburi, que para nosotros será ya por siempre nuestro hogar. Hemos estado impartiendo clases de inglés en distintos cursos,mezcladas con talleres, juegos y bailes. Ha sido una intensa semana de contacto con los niños que nos ha ayudado a fortalecer los lazos. A solidificar el cemento que durante este mes hemos ido poniendo en nuestro vínculo espiritual entre ellos y nosotros.

Resulta de gran satisfacción los saludos felices cuando nos ven ir de una clase a otra, cuando nos paramos a hablar con ellos. Sus caras de felicidad es algo que está quedando en nuestros corazones, como los primeros sedimentos de un camino invisible que empezamos a construir un ya lejano 19 de julio.

También esta semana, hemos tenido la oportunidad de vivir una jornada en las Escuelas de Bambú originarias, donde comenzó este bello proyecto. En la actualidad estas pequeñas escuelas junto a la frontera de Myanmar, dan cobijo a niños y niñas de corta edad, en su mayoría de un pueblo cercano y que por sus dificultades con el idioma están agrupados en este centro.

Fue una gran experiencia compartir momentos con ellos y poder observar en vivo las grandes carencias que muchos de ellos sufren. Pese a todo, la sonrisa que se dibuja en su cara, a todo momento nos recuerda que aunque sean grandes las dificultades que el camino nos presente, hay que afrontarlo con buena cara.

También queremos destacar que hace justo ahora una semana pudimos participar, en las mismas Escuelas de Bambú, en la despedida de un grupo de voluntarios franceses de un colegio de La Salle de Paris. Compartimos cena y bailes junto a ellos y algunos de los niños del hogar Blue Sky Home. Así como con los Hermanos de la Comunidad de acogida.

Además el pasado fin de semana, aprovechando la ausencia de clases y el fin de nuestros trabajos de campo, fuimos a conocer la ciudad de Kanchanaburi con su famoso puente sobre el río Kwai y unos alrededores con una naturaleza espectacular con sus santuarios de elefantes y las cascadas de Erawan como principal atractivo.

La semana pasada, a su vez, tuvimos la ocasión de acompañar al autobús que recoge a los niños en la frontera de Myanmar. Es sin duda una experiencia impactante ver el flujo de gente que cruza la frontera cada mañana y como el autobús se va llenando, hasta pasar el número de cien niños, que acuden desde ese lado a nuestro colegio. También tuvimos la oportunidad de ver el mercado que se instala todos los viernes en el entorno de las Tres Pagodas (paso fronterizo)

Nuestra convivencia con los chicos del Blue Sky Home sigue forjando una gran unión. Ya somos una parte más de ellos, los momentos previos a la cena, la misma cena y los momentos que le siguen han hecho que exista una gran complicidad con todos ellos.

Como nota curiosa, esta semana hemos podido disfrutar de una cena especial, una familia tailandesa de una ciudad cercana, que habitualmente colabora con la institución, preparó la comida y regaló a todos los niños dulces. Un gran gesto que habla bien de lo importante que es la labor que estos Hermanos llevan en la zona; admirados por muchos, incentiva a la gente que tiene más recursos a colaborar con la causa. Los chicos les hicieron el mejor de los regalos, su voz en forma de canción.

Escribíamos en el titular de esta noticia que donde hay voluntad hay un camino. Sería injusto apoderarnos de esta frase y no mencionar  a su autor, que no es otro que San Juan Bautista de la Salle. Realmente así es, cuando existe empeño, cuando el motor de los hombres se pone a trabajar, no hay imposible. Nuestro empeño nos llevó a finalizar nuestros proyectos de camino y de pintura, ayudando a construir caminos físicos que se adentren y sigan dando vida a esos grandes monstruos verdes que forman la selva. Y es nuestra voluntad la que nos sigue moviendo para construir los caminos importantes, los invisibles, los que nunca podrán separarnos y unirán miles de kilómetros, de Tailandia a España y viceversa. Del corazón de unos muchachos a nuestros corazones.

INDIA , ¿ Qué me das ?

° India °

India con I . De ILUSIÓN.

En lo que vemos ,sentimos,imaginamos.

En los momentos,que sin querer,hacemos magia.

India con N . De NOVEDAD.

En los olores,sabores,sonidos…

Nuevas costumbres,gestos,sensaciones.

Nuevas palabras.

India en medio D . De DIOS.

Un Dios Padre.Amigo.

Dios del perdón.De confesión.De ayuda.De corazón.

Presente en cada segundo,en la oración,en la convivencia,en las dificultades,en las sonrisas.

En los Hermanos,en los niños.Pero sobre todo en NOSOTROS.

India con una I después.De INQUIETUD.

Inquietantes en lo desconocido.Por lo que vivimos y sobre todo por lo que descubrimos.

India acaba con A . De AMOR.

Amor por lo que nos rodea.Por cada mirada.Por cada suspiro.

Por cada regalo ,que,sin querer recibimos.

Amor,que ha hecho mas grande nuestro corazón.

Sara Muñoz.

Tuticorin.Agosto 2017

Hasta siempre Karemeno!! Asante Sana!!

Ya en nuestras casas, con la pena de despedirnos de este mágico lugar y con la sensación de haber dejado un bonito hogar para siempre en Karemeno, reposando esta vivencia inolvidable y con la pena de dejar el lugar que durante casi un mes ha sido nuestra vida nos disponemos a cerrar este voluntariado queriendo transmitir al menos un poquito de lo que allí hemos vivenciado. Y es que allí nos han abierto las puertas de sus aulas, de sus casas, de sus proyectos, de sus costumbres…pero sobre todo las puertas de su corazón, y aunque hayamos tenido que decir adiós a esta experiencia, queremos quedarnos con la sensación de un HASTA SIEMPRE, porque la distancia separa los cuerpos pero no los corazones y así esas personas que hemos conocido y han marcado nuestros pasos estén siempre cerca.

En esta original escuela en el centro de Kenia, dónde conviven Hermanos de la Salle, profesores, trabajadores y chicos y chicas con unas ganas enormes de sonreír a la vida se nos ha contagiado ese Hakuna Mathata que deseamos este siempre presente en nuestras vidas.

Los últimos días hemos podido terminar la parte de construcción de nuestro proyecto, el baño para las chicas que hace que el colegio pueda seguir creciendo, y permite seguir teniendo vivo el sueño del Hermano Steve de que cada vez sean más los adolescentes que puedan seguir poniendo en la educación la base de sus vidas y la fuerza para hacer de su país un sitio mejor para todos los que allí viven.

Hemos tenido la gran suerte de poder compartir más rato con los chavales, pues habían estado liados por los exámenes en días previos. Hemos compartido deportes, juegos, actuaciones, resultados de exámenes, vigilia, visitas a familias muy necesitadas, talentos…sonrisas, miradas, humildad, alegría, paz, compañerismo…valores que tanto nos cuesta mantener vivos en nuestra sociedad que de tanta vida presume y que en Karemeno y en Kenia salen a relucir con mucha fuerza a pesar de las dificultades.

También hemos visitado otras obras de la Salle de otras ciudades como Nyeri, Nakuru o Nairobi, dónde hemos visitado proyectos muy variados. Desde un centro para acoger y recuperar a chavales perdidos entre las calles de barrios marginales, pasando por centros para formar a estudiantes en oficios que les puede hacer tener un trabajo que de estabilidad a su vida, hasta la casa de acogida central para los que sienten la llamada de Dios desde el espíritu de La Salle, espíritu que gracias a Dios sigue muy vivo en muchos lugares del mundo y que tengan más o menos comodidades, saben siempre agradecer el don de la vida y sienten viva la llama de la esperanza. Por eso queremos siempre estar unidos a todos ellos y cada vez que digamos ese “Viva Jesús en nuestros corazones”…”por siempre” estará presente en los corazones de nuestros amigos, de nuestros Rafikis, de nuestra querida Kenia.

Hemos aprendido mucho, y lo ideal es que ahora aquí en nuestras casas sigamos aprendiendo para que la esencia de Kenia, el espíritu de Karemeno, siga presente en nuestro corazones, y así poder acompañar de la mejor forma la vida de la gente que nos rodea, hacernos conscientes de las verdaderas prioridades de la vida para comportarnos como verdaderos hermanos y luchas porque siempre este presente la llama de la paz y la alegría.

Nos creíamos que íbamos a llevar o dar algo en nuestro voluntariado…y hemos recibido tanto…HASTA SIEMPRE KAREMENO Y ASANTE SANA.

DANDO COLOR

Si una particularidad tienen las zonas tropicales en la época de lluvia es la opacidad de sus colores; se ven ensombrecidos por la luz mitigada que se filtra entre las nubes. Están pero no logranaparecerse con naturalidad. El gris del cielo y el verde del suelo invaden todo lo que la vista puede alcanzar, por eso esta semana nos hemos propuesto dar un poco de color al nuevo hogar de nuestros compañeros de aventura, para que siempre recuerden que la luz vence a la oscuridad.

Nuestro tiempo en Tailandia pasa y sin darnos cuenta ya hemos llegado y superado el ecuador de nuestro viaje. No podemos hablar de que intentamos ser parte del paisaje porque ya hemos conseguido ser un elemento más del mismo. La complicidad con los niños y niñas, especialmente con los del Blue Sky Home, delata que ellos ya nos consideran una parte más de sus vidas.

Al finalizar nuestra última publicación nos preparábamos para irnos a Bangkok para acompañar a los Hermanos de La Salle del Sector Asia Este en un acto muy especial, los Primeros Votos de un nuevoHermano, el Hermano John. Acudimos a este acto junto al Hermano Víctor y al resto de Hermanos del colegio de La Salle Sangkhlaburi. La jura del nuevo Hermano tenía lugar el pasado sábado, pero nosotros viajamos el viernes aprovechando que en Tailandia era festivo por el cumpleaños del Rey.

En nuestra estancia en Bangkok nos alojamos en el colegio de La Salle de esta ciudad, donde pudimos conocer las instalaciones del mismo mostradas por el Hermano Víctor, quien pasó bastantes años en el mencionado colegio. También, vivimos la celebración de la ceremonia de los Primeros Votos del nuevo Hermano en la capilla del centro y, posteriormente, disfrutamos de una comida con todos los invitados a este acto.

Nuestro viaje a Bangkok sirvió, también, para conocer la capital de nuestro país de acogida. Visitamos los principales templos y mercados, destacando principalmente el mercado flotante por su peculiaridad. Una ciudad enorme y con gran población. ¡Cuánto contraste con nuestra vida en mitad de la selva!

Ya de vuelta al colegio retomamos nuestra actividad diaria. Nuestro trabajo en la carretera ha avanzado más rápido de lo esperado y ya se ha finalizado el proyecto que teníamos programado, cien metros de cementado del camino de tierra del colegio.  Y, como decíamos al principio, esta semana nos hemos propuesto dar color a la vida de los pequeños decorando sus nuevas casas.

Comenzamos la semana completando los trabajos de pintura que nos encargó el Hermano Philip. Fachada y marcos de la nueva casa del Blue Sky Home. Al tener finalizado nuestro proyecto antes de lo esperado, propusimos al Hermano Philip decorar parte de la fachada con un mural diseñado por el grupo y con distintas figuras de colores. Ocupando así las horas de trabajo de campo programadas para esta semana.

 

Como se puede apreciar en las fotos, el aspecto de la casa queda con un aire más alegre, a parte de servir como recuerdo de nuestra estancia junto a los chicos y chicas del hogar de acogida.

Esta semana nuestro trabajo en el colegio ha sido algo menor, ya que la semana pasada debimos cubrir las clases de varios Hermanos que estaban ausentes por  varios motivos. Aún así el poder compartir esos ratos con los chicos nos regalan vivencias únicas y a ellos les permite saltar un poco de la rutina diaria.

Hemos continuado impartiendo distintas clases de inglés donde mezclamos la enseñanza con distintos juegos y actividades. Creemos que los chicos disfrutan con los bailes, talleres y demás acciones que les preparamos.

También, hemos tenido ocasión de vivir nuestra primera celebración en el colegio, ya que no todas las semanas puede llegar el sacerdote que corresponde a esta zona, al encontrarse a más de cien kilómetros. Fue una celebración sencilla en la que los niños participan de manera activa acompañando con sus canciones. Es encomiable la labor evangelizadora de los Hermanos.

Por las noches, continuamos compartiendo la cena con los pequeños de Blue Sky, lo que hace que los chicos y chicas hayan cogido mucha confianza con nosotros, consiguiendo que no solo participen en lo que les proponemos, si no que son ellos los que muchas veces nos buscan y proponen juegos, bailes, etc. Como ejemplo curioso, esta semana, las chicas nos propusieron decorar nuestras caras con las pinturas que utilizan ellas para ese fin. Fue una bonita experiencia que nos unió más con ellas.

Como decíamos más arriba, esta semana hemos superado el ecuador de nuestro viaje y los días ya se van descontando más que contando, está siendo una experiencia que va dejando poso en los corazones de todos nosotros. Cada vivencia, cada momento, deja un recuerdo que va transformándonos poco a poco, sin darnos cuenta. Es quizás esto lo más curioso que vamos notando, el cambio es imperceptible en el corto plazo pero, si echamos la vista atrás, los chicos que llegaron aquí ya no son los mismos, poco a poco, día a día, momento a momento, nos vamos transformando. No es que seamos paisaje, es que nos llevamos parte de él con nosotros.

Cosas pequeñas, en sitios pequeños, cambian a personas pequeñas. Seguimos en contacto…

 

Después de toda la semana trabajando en los distintos talleres de casa joven y compartiendo experiencias con los pibes, decidimos disfrutar el sábado en buenos aires. Conocimos el barrio de Palermo donde vistamos el exótico jardín japonés que , aunque la mayoría de sus plantas no estuvieran en flor, pudimos contemplar los umes típicos de Japón.

Al salir de ahí fuimos dando un largo pero agradable paseo hasta llegar a Plaza Francia. Allí había un mercado de cosas artesanales, donde comimos los deliciosos panes rellenos que no dejaron a nadie con hambre.

La noche la pasamos en casa de los Hermanos de la Salle que nos brindaron otra vez su hospitalidad y nos hicieron una cena deliciosa. El domingo transcurrió tranquilo en la casa hasta las seis de la tarde que emprendimos la vuelta a casa joven.

Comienza la tercera semana en casa joven, nos cuesta creer que haya pasado la mitad de nuestro viaje, pero las fuerzas no se nos terminan.

El martes hicimos una asamblea de pibes argentinos y españoles en la que planteamos unas preguntas y las tratábamos todos juntos, cada uno exponiendo su opinión y respetando el turno de palabra. El intercambio nos sirvió para saber que todos nos complementamos y que compartimos un agradecimiento mutuo. Ellos por que hayamos venido. Nosotros por lo que estamos aprendiendo.

Seguiremos informando.

En el ecuador de la experiencia

Después de quince días en la escuela San Isidro nos encontramos en el ecuador de nuestro voluntariado. Hemos completado nuestra primera semana junto a los niños y niñas realizando las diferentes actividades propuestas por la comunidad educativa, las cuales, han sido refuerzo escolar y diferentes sesiones de Inglés, informática, cocina y salud, entre otras actividades.

Asimismo, hemos acompañado en los trabajos diarios para la mejora de las instalaciones junto al personal del centro. Entre las actividades, destacamos limpieza del Tajamar (pántano), huerto, cartelería y señalización de los distintos lugares del internado.

Por otro lado, continuamos con el acompañamiento de las actividades diarias, tales como el comedor, deportes y actividades lúdicas que han favorecido un mayor acercamiento a las distintas realidades.

El pasado 30 de julio hemos celebrado el día de la Amistad participando en un día de convivencia donde se realizaron juegos, canciones y una comida especial con el principal objetivo de disfrutar de un día diferente fuera de la rutina escolar. Para nosotros, esta actividad ha sido especial por lo vivido y compartido.

Cada día aquí está siendo un descubrimiento para cada uno de nosotros no solo de manera personal sino como un servicio y una entrega al otro.

Continuaremos informando en las próximas entradas.

Conchy, Zoila, Elena, Carlos, Alexis, Jeremías y Joel.