Los ultimos acontecimientos se han acelerado, visita a templo Hindu con plegaria ante las deidades Visnu, Shiva y Hanumann, recorrido por las calles del pueblo de Keesara y bano en la playa de mapatla en la costa del oceano Indico, tras un largo viaje en furgoneta durante casi toda la manana. Pero antes de eso, el sabado pudimos completar una nueva sesion de pintura matutina, acompanada por la tarde de una sesion de vigilancia de examenes (los tienen todos los sabados!!!) , en esta ocasion de Fisica.





Vayamos por partes:
La tarde del sabado pudimos conocer la cara B de nuestro destino, esa que las agencias de viajes no suelen mostrar en las estampas de los preciosos tripticos propagandisticos. El camino hacia el nucleo duro del pueblo estuvo lleno de adversidades. Fuimos en una furgoneta que entremezclaba adelantamientos por derecha e izquierda a motos, «tuctucs», camiones, coches, y lo mas llamativo, reses de ganado, vacas sagradas que no entendian de codigos viales.
Par ser precisos, acostumbrados al metodo de conduccion europeo, la cultura vial de este pais resulta codiciosa para los niveles de adrenalina en sangre.
Al llegar al pueblo, no pudimos evitar sentirnos como afortunados ante la acogida que nos brindaron sus gentes. Ademas de nuestros Hermanisimos de La Salle, venia el director del College en el que damos nuestras clases semanales. El director parecia un idolo alli, donde numerosas familias le requerian para que entraramos en sus casas donde nos ofrecian lo mejor que tenian, desde sentarnos en su salon hasta unos deliciosos pasteles caseros acompanaods de un te o un «thums up» sucedaneo de coca cola que nos ayudaba a refrescarnos y superar la elevada humedad. (aqui el aire pesa, pesa casi tanto como la pobreza que se ve). Tras un recorrido por sus calles, fuimos ganando acopanantes en forma de chavales que nos acompanaban hasta el interior de las viviendas.
Por hacer una breve descripcion de sus casas, las paredes estaban constituidas por una fina capa de ladrillo pintado, y los techos en muchos casos eran como esas placas aluminizadas onduladas que protegen los parkings de coches a los que estamos acostumbrados. Solian tener dos habitaicones, un salon dormotorio y un dormotorio algo mas grande. El bano solia estar ubicado como una pequena caseta exterior.

Todas las visitas a sus humildes hogares terminaban de la misma forma, con una foto grupal que registraba nuestra visita. Ante esta realidad solo eramos capaz de decir una cosa. Gracias
El domingo, pudimos banarnos en la playa, en la cual las chicas se vieron obligadas a sumergirse en el oceano vestidas con ropa que cubria mas alla de las rodillas, podeis imaginar la extrana sensacion que describieron.
Los Hermanos nos brindaron una comida en la que no pudieron ser mas atentos, un improvisado mantel en la trastienda de la playa frente a un estanque con bufalos y vacas.
