
Pasado el ecuador de nuestro viaje, y aprovechando la partida de los voluntarios de “Gente Pequeña” de Tenerife que se encontraban en Pozo Colorado, pudimos acercarnos a la Escuela Internado San Isidro Labrador por unos días, y así conocer la gran labor que por años se ha estado haciendo allá en el Chaco, y el tropel de niños y niñas que aprenden cada día allí. Fue una estancia breve, sin embargo, quisimos aprender todo lo que allí hacían, y conocer cada rincón del amplio terreno que ocupa la Escuela. Nos acogieron estupendamente el Hno Jose Juan, el Hno Anibal, el Hno Rodolfo y el Hno Pablo. También compartimos nuestros almuerzos y cenas con la profesora Cristina y su incombustible hija Danna.
Visitamos el gallinero, que desde Edificando Comunidad de Nazaret se financió hace unos años (ONG de nuestro Colegio Nuestra Señora de las Maravillas y de la que Patricia es la actual Presidenta), y conocimos a las gallinas que según nos dijeron, ponían huevos como locas.

Sin embargo, esta no es la única fauna curiosa del lugar. En uno de los tajamares vivía un “””””pequeño”””” yakare (un señor cocodrilo), llamado Yaka, y que sorprendentemente uno de los Hermanos, el Hno. Rodolfo/Martín, tiene amaestrado ¡!!! Vimos como lo llamaba y acudía junto a él para que le diese de comer. Todo un espectáculo.
También tienen vacas, ovejas (que también siguen al Hermano cual flautista de Hamelín), abejas, chanchos… Bajo el cuidado de los niños y profesores.

Aprendimos y nos adaptamos al horario de allá, a las clases por la mañana y los trabajos y talleres por la tarde, acompañando a un grupo de niñas en su tarea de patio (regar las plantas, barrer las hojas de su zona, etc.), y a otro grupo con la limpieza de los baños. Visitamos la famosa panadería, que tan bien huele desde la distancia, e incluso algunas clases.
Por las noches aprovechamos para jugar con ellos, más que nada al vóley y al fútbol, y aunque queríamos, al final no aprendimos a jugar al piqui, famoso deporte en las canchas de los niños y niñas paraguayos.

Pero lo mejor de todo fue que, aprovechando que fuimos en fin de semana y coincidiendo con el día del niño acá, fueron unos días llenos de festejos y celebraciones. Desde el globo loco (castillos hinchables), que todos esperaban con ansia, a la máquina de pororó (palomitas), a los bautizos y comuniones que se celebraron a lo largo del fin de semana, y que atrajeron a las distintas familias de los niños y niñas, que normalmente no están por la zona, ya que la mayoría vienen de lejos.
Además, estuvieron trabajando en los “Derechos y Obligaciones del Niño”, haciendo distintas presentaciones a lo largo del día. Por la mañana, con la reflexión y el izado de la bandera, los más pequeños presentaron sus trabajos de los “Derechos del Niño” a todos sus compañeros. Más tarde, los más mayores presentaron para su ciclo lo que ellos habían preparado: presentaciones con estadísticas y pequeñas representaciones teatrales acerca de los derechos de los niños también.

Fueron unos días breves, pero sin duda intensos, sintiendo que vivíamos en un mundo aparte, donde no había nada más allá fuera de los límites de la escuela, conociendo a los niños, profesores y hermanos de allá.
Nos hemos traído deberes, que esperamos poder resolverles a corto plazo.
Abrazos y a por nuestra última semana de Voluntariado de vuelta en Fátima.

Sara, Martín y Patricia.
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