El 20 de julio, tras más de 17 horas de viaje agotador, llegamos a Bangkok. Una hora más en la cola de inmigración y a buscar las maletas. Por fin salimos y somos recibidos por un hombre entrado en años y con camisa hawaiana, ojos escondidos debajo de unas cejas peculiares, y un carácter propio de Huerta del Obispado. No necesitamos carteles ni contraseñas para reconocer al Hermano Victor Gil, nada más vernos nos abre sus brazos para darnos la bienvenida.
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Tras una noche en el colegio de Bankgog nos dirigimos a nuestro destino, Chantabury, ciudad de la luna en tailandés. El calor húmedo, nos hace empapar nuestra ropa de sudor, los colchones parecen tablas de planchar, y los bichos nos mantienen » alerta», pero todo parece poco mientras descubrimos la espiritualidad, la acogida y la sonrisa que nos regalan los estudiantes de esta zona tan especial de nuestro pequeño mundo.
Nuestro trabajo será pintar y esneñar inglés, pero algo nos dice que nuestro trabajo real será aprender una forma hummilde y especial de vivir.
Disfrutad mucho compañeros, el Hno Victor es como ya has dicho muy peculiar, ejemplo de humildad, generosidad, fuerza, alegría,… podría seguir, pero ya iréis descubriendo.. Un Abrazo a todos y especialmente al Hno Victor.